Uno de los temas más delicados del viaje no fue qué visitar, sino dónde dormir. Y es que cuando viajas con adultos mayores, el hospedaje no puede ser simplemente “barato y bonito”. Tiene que ser cómodo, accesible, seguro y tranquilo.
Después de buscar, comparar y cometer errores en el pasado, te comparto cómo hicimos para elegir los lugares donde nos quedaríamos en este viaje por Turquía, España, Portugal, Francia, Italia, Grecia y Panamá.
🏨 ¿Qué cosas buscamos SÍ o SÍ en cada alojamiento?
- Ascensor (¡y que funcione!)
Aunque muchos lugares decían tener ascensor, leíamos los comentarios para verificar que no estuviera dañado, o que no fuera solo hasta el 2.º piso. - Ubicación central, pero no ruidosa
Elegimos hospedajes cerca de atracciones o estaciones, pero alejados de zonas de bares o fiestas. Prioridad: que papá y mamá pudieran descansar. - Baño privado con acceso cómodo
Evitamos escaleras internas o duchas tipo tina elevadas. Si había fotos del baño, las revisábamos con lupa. - Reseñas de huéspedes mayores o en familia
Si alguien mencionaba “mis padres se sintieron bien”, ¡ese era un punto a favor! Usábamos filtros por tipo de viajero cuando era posible. - Cancelación flexible y buena comunicación del anfitrión
Ante cualquier cambio de salud o imprevisto, necesitábamos poder modificar las fechas sin penalización. Además, si respondían rápido, sentíamos más confianza.
🛏️ ¿Hotel o apartamento?
- Hoteles: más servicios incluidos, recepción disponible, ideal en ciudades grandes.
- Apartamentos: más espacio y privacidad. Cocinar algo casero fue clave para cuidar la dieta de mamá en algunos países.
En general, usamos ambas opciones dependiendo del destino, pero siempre revisando fotos reales, políticas y ubicación exacta en el mapa.
📲 ¿Dónde reservamos?
Principalmente en:
- Booking.com: por su sistema de cancelación y facilidad de contacto.
- Airbnb: cuando queríamos estar “en casa”, especialmente en estancias de más de 3 noches.
Y algo clave: verificamos la accesibilidad del lugar por Google Street View antes de reservar. Más de una vez vimos que la entrada estaba en una calle empinada… y buscamos otra opción.
💡 Consejo final:
Elegir bien el hospedaje hace toda la diferencia cuando viajas con adultos mayores. No solo es descansar, es tener energía para el día siguiente, sentirse seguros y disfrutar en vez de aguantar incomodidades.