Después de tantos meses de preparación, presupuestos, reservas, vacunas, documentación, listas, dudas y nervios, el viaje está a punto de comenzar. Y hoy, más que hablar de equipaje o aplicaciones, necesito hablar del corazón.
Viajar con mis padres no es solo cumplir un sueño… es honrar un tiempo que ya no vuelve. Sé que este viaje será diferente. Habrá días cansados, piernas adoloridas, tal vez discusiones por cosas pequeñas. Pero también habrá miradas compartidas, abrazos sin prisa, comidas en silencio que dicen todo, y muchas primeras veces… que quizás también sean las últimas.
Lo que siento en este momento:
- Gratitud, porque aún están conmigo y quieren caminar el mundo a mi lado.
- Temor, porque sé que cuidar de ellos mientras viajamos será un reto emocional y físico.
- Alegría, porque este viaje lo planeé con el alma, como si estuviera diseñando una carta de amor en forma de pasaje aéreo.
- Y un poquito de nostalgia, por todo lo que este viaje significa y lo rápido que pasará.
✈️ Si tú estás planeando un viaje similar…
Hazlo. No esperes el momento perfecto, ni el dinero exacto, ni que todo esté bajo control (spoiler: nunca lo estará).
Hazlo ahora, mientras puedes. Y hazlo con la certeza de que ningún viaje se mide solo en kilómetros… sino en lo que llevas de regreso cuando vuelves.
Gracias por acompañarnos en esta travesía. Nos vemos en el aire.
— Camila 🌍