Después de elegir los vuelos que se ajustaban a nuestro presupuesto y fechas, creí que lo más difícil estaba hecho. Pero pronto entendí que, cuando se viaja con adultos mayores, los pequeños detalles hacen una gran diferencia. Uno de ellos: los asientos del avión.
🌟 No todos los asientos son iguales
Viajar con mi madre, que sufre de artritis, significaba que debíamos pensar en su comodidad a lo largo del vuelo. ¿La solución? Buscar asientos con mayor espacio para las piernas o en zonas cercanas a los baños.
Pero claro, eso tiene un costo. Aunque la mayoría de aerolíneas te asignan un asiento gratuito, estos no siempre son los ideales para personas con movilidad reducida. Elegir un asiento cómodo puede costar entre 20.000 y 200.000 pesos colombianos adicionales por trayecto. ¿Vale la pena? Cuando se trata de evitar dolor o incomodidad a mamá en un vuelo de 8 o más horas… la respuesta fue sí.
🧳 Servicios especiales que alivian el viaje
Descubrí que muchas aerolíneas ofrecen servicios adicionales como:
- Embarque prioritario
- Sillas de ruedas en aeropuertos
- Asistencia personalizada
- Menús especiales según dieta o alergias
Solo hay que solicitarlo al momento de la reserva o mínimo 48 horas antes del vuelo.
💤 ¿Escalas largas? Hay formas de descansar sin pagar un hotel
Nos enfrentamos a una conexión de más de 10 horas en Estambul. Al principio, me pareció un infierno… pero luego investigando, descubrí que algunas aerolíneas, como Turkish Airlines o Qatar Airways, tienen programas como Stopover o Hotel gratuito para escalas largas.
Y eso sin pagar un peso más por el alojamiento. Dormir unas horas en una cama real y tomar una ducha antes del siguiente vuelo hizo toda la diferencia.
✅ Lo que aprendí
Planear los asientos y servicios no es un lujo, es una necesidad cuando viajas con papás mayores. Es mejor invertir un poco más y garantizar una buena experiencia, que llegar agotados desde el primer destino.